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Nutrición

El Agua Alcalina


Agua Alcalina: Origen

En los estudios realizados por Investigadores Americanos al pueblo Unza, localizado en las montañas de los Himalayas, en la India, se descubrió que la razón de su longevidad, viven más de 120 años, saludables y activos, se debe al consumo de Agua Alcalina. Resulta que a la altura que viven, más de 4.000 metros sobre el nivel del mar, el agua que utilizan viene de los glaciares (hielo y nieve derretida) con un pH fuertemente alcalino, lo cual indica un contenido elevado de oxígeno.
Su consumo hace que todos los desechos que produce el organismo en las actividades de la vida diaria propias como actividad física, estrés, quemar los alimentos para su nutrición, etc., se eliminen de una manera rápida y efectiva, manteniendo el equilibrio del organismo. De acuerdo a lo que se conoce como el “principio único del orden del universo”, conocido en la antigüedad por la Medicina del Lejano Oriente como, “la vida es alcalina y la muerte es acidez”, es vida.

La calidad de vida depende del equilibrio entre ácido y alcalino, tal como lo vienen confirmando los últimos descubrimientos de los Científicos tanto en Occidente como en Oriente. El departamento de Medicina de la Universidad de San Francisco, en California (E.E.U.U.), ha producido varios estudios de sus Investigadores desde 1996, en los cuales señala la importancia vital de la relación sodio (alcalino) / potasio (ácido) para el funcionamiento normal del cuerpo y en especial, para que las células del cuerpo no envejezcan

El Agua Alcalina; un antioxidante natural

El Agua alcalina es agua ionizada que actúa como un potente y natural antioxidante. Dado que el 70% de nuestro peso corporal consiste de agua, es importante tener en cuenta que tipo de agua nos beneficiará. El agua alcalina tiene un tremendo potencial iónico negativo, que es un antioxidante muy poderoso y produciendo iones que ayudan con la producción de oxígeno, neutralizando peligrosos radicales libres, incrementando su nivel de energía, corrigiendo el balance de ácido/alcalino de su cuerpo, hidratando las células y en general reduciendo muchos síntomas de envejecimiento. El agua alcalina es un antiácido, que ayuda a neutralizar las condiciones ácidas del cuerpo previniéndolo de un gran número de enfermedades y en especial de enfermedades crónicas.

Millones se gastan en la compra de agua embotellada, la cual es mucho más ácida que el agua regular, porque todos los minerales alcalinos esenciales han sido retirados, por lo que el agua alcalina satisface las necesidades diarias de minerales y es hasta seis veces más hidratante que el agua convencional.
Por miles de años, nosotros hemos sido genéticamente entrenados a beber agua que se está moviendo (rebotando sobre rocas) y la cual está libre de químicos.

Alimentos Ácidos y Alcalinos

Hay que recordar que esta tabla no divide los alimentos en “buenos y malos”, ya que no hay alimentos buenos ni malos, solo son más útiles o menos útiles dependiendo de las necesidades específicas de cada persona en un momento dado.
Los alimentos que alcalinizan el cuerpo son básicamente las verduras de hojas verdes, como las espinacas, rúcala, brócoli, lechuga, etc., también las papas, tomates, pepinos, etc., las semillas y las nueces, almendras y avellanas. El limón, lima, pomelo, la sal de mar no refinada, los cereales como la quínoa, mijo, trigo, arroz integral y Tofú. Estos últimos (los cereales integrales incluido el arroz integral), son? ligeramente acidificantes y serian tendentes al equilibrio, por eso los ponemos en la lista de alcalinizantes, aunque sean ligeramente acidificantes.

Lo ideal es que aproximadamente un 70% de nuestro alimento sea alcalinizarte y que un 30%?sea acidificante para mantener el equilibrio.
Los alimentos que básicamente nos acidifican son: proteínas de origen animal: carnes de todo tipo, huevos, lácteos, el azúcar en todas sus formas, sobretodo la blanca refinada, hidratos de carbono refinados, como arroz blanco, pan, pasta (trigo).

La acidificación no solo se produce por las propias funciones del cuerpo, si no por un desequilibrio en las dietas que son enormemente acidas, produciendo una sobre acidificación de las células, tejidos, órganos y finalmente de la sangre. Este desequilibrio crea el marco para el caos abriendo las puertas a las enfermedades y a todo tipo de patologías.
Las enfermedades físicas, crónicas y agudas, y el malestar son siempre consecuencia del exceso de ácido que estresa el desequilibrio del pH del cuerpo, llegando a producir los síntomas que ya conocemos como enfermedad. Nuestro cuerpo no puede soportar durante largo tiempo permanecer en un estado ácido, presentándose clínicamente en 7 fases:

1. Perdida energía
2. Sensibilidad e irritación
3. Mucosidades y congestión
4. Inflamación
5. Endurecimiento de tejidos blandos (Induración, incluyendo lupus, fibromialgia, endurecimiento de las arterias)
6. Ulceraciones
7. Degeneración (cáncer, enfermedades coronarias, infarto, esclerosis múltiple, diabetes, etc.

En los estadios iniciales de la acidez los síntomas pueden no ser muy intensos y pueden incluir cosas como erupciones cutáneas, migrañas, alergias, resfriados, gripe y sinusitis. A medida que la acidez va avanzando la cosa se va complicando resultando en disfunciones de diferentes glándulas y órganos como tiroides, suprarrenales, hígado, etc. Si el Ph de los tejidos se acidifica aún más, los niveles de oxígeno decrecen y el metabolismo celular comienza a detenerse, es decir, las células comienzan a morir.
Para prevenir esto, cuando hay mucha acidez en el cuerpo, la sangre comienza a retirar MINERALES ALCALINOS de los tejidos para compensar la situación.

Tenemos en nuestro cuerpo minerales que neutralizan, o nos desintoxican de los ácidos potentes que están alterando nuestro cuerpo, siendo los más importantes el sodio, El Yodo, el Potasio, el magnesio y el calcio.
Un cuerpo sano siempre tiene una reserva de estos minerales alcalinizantes para casos de emergencia, pero si hay pocas reservas o no lo obtiene de los alimentos, lo va a buscar a cualquier otro sitio, como a la sangre (sodio y potasio), a los huesos y cartílagos (calcio), a los músculos (magnesio), a la tiroides (yodo), dónde son necesarios, y esto puede conducir a deficiencias y a la variedad de síntomas que de ello deriva.
Cuando la acidez es tal que el cuerpo no puede eliminarlo vía orina, heces, respiración o sudor, lo que hace es almacenar los desechos ácidos en los tejidos, donde el sistema linfático (inmune), hace lo que puede para neutralizarlo y sacarlo de los tejidos. Si el sistema linfático es eficiente, vuelve a lanzar de nuevo los desechos ácidos a la sangre,  generando un círculo vicioso; sacando aún más minerales básicos del propio cuerpo y sobrecargando al hígado y a los riñones.

Si el sistema linfático se ve saturado, o sus conductos no funcionan correctamente (muchas veces por falta de ejercicio), los ácidos se acumulan en el tejido conectivo.
Los desequilibrios del pH de la sangre y de los tejidos producen una inflamación sistémica permanente, preparando el terreno para las enfermedades.
El sistema circulatorio intentará eliminar los ácidos en forma de gas o de líquido a través de los pulmones o los riñones, pero si hay demasiados desechos los depositará en órganos como corazón, páncreas, hígado y colón, o en el tejido graso incluyendo; pechos, caderas, muslos, abdomen y cerebro.
Conocemos estos depósitos como; pólipos, fluidos, quistes, cristales ácidos, tumores, verrugas, protuberancias, masas, manchas, lunares, ampollas, etc.
Finalmente, si continúa, (en el séptimo nivel de acidez) este proceso conduce a las enfermedades degenerativas, incluyendo cáncer.

Todo esto es provocado por ácidos derivados de la dieta, metabólicos y del estrés, donde los ácidos de la dieta es lo que se come y se bebe, los ácidos metabólicos se producen en la medida que el cuerpo procesa lo que come y bebe?(para convertirlo en energía). Los ácidos ambientales son los que proceden del entorno, como los productos sintéticos, el humo de una fábrica, etc.
El estrés es un poderoso acidificador, por lo cual se recomienda, tomar vacaciones las veces que pueda, todos los días dejar un tiempo para relajarse, realizarse masajes y si es posible hacer meditación.

“Que tu alimento sea tu medicina y la medicina tu alimento”.

 

 


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